jueves, 29 de enero de 2009

El retrato de Chin-Chín o el exotismo socialista

Por cortesía de una amiga que trabaja en Vietnam, en el 79 aniversario de la fundación del Partido Comunista: un obrero, un soldado y una campesina, la santísima trinidad del socialismo asiático. Dicen mis fuentes que allá el 95% de la población es de clase obrera y que el crecimiento económico ha sido del 8% en 2008. En Vietnam también hubo un proceso de reformas en los años ochenta, conocido como Doi Moi (Renovación), que introdujo la propiedad privada y otras medidas liberalizadoras. Pero el poder del estado permanece inalterable y se combina con una sociedad donde empiezan a aparecer jóvenes que se visten de raperos. Ahora, que estamos en esta crisis mundial galopante, con el FMI pronosticando un crecimiento mundial de tan sólo el 0.5%, me pregunto si la imagen de la campesina, el soldado y el obrero son el símbolo de una red social que funciona mejor que la de aquí. Y si así fuera, ¿dónde están nuestros obreros, campesinos y soldados? ¿Qué instituciones, qué imágenes, qué simbolos nos protegen para sacar fuerza en los momentos de desesperanza? Me alucina la incapacidad de nuestros políticos para generar confianza. De todas maneras, es probable que allí también estén desprotegidos y ese cartel no sea más que propaganda. Como las proclamas que en Cuba inundan a miles las calles desconchabadas de pueblos y ciudades y que apenas sirven para esconder un escepticismo casi nihilista.

En La Laguna hay un restaurante vietnamita a cuyo dueño mi familia ha decidido llamar Chin-Chín. La primera vez que entré me di de frente con un gran retrato de Ho Chi Minh, padre de la patria vietnamita. No voy a negar que me emocioné un poco, porque para mí aquel personaje representaba la lucha anticolonial y la actitud tenaz y rebelde frente a las invasiones e ingerencias injustificadas. Y además, me generaba cierta excitación -no sexual, por supuesto- pensar que un fervoroso espíritu nacionalista y revolucionario invadía a Chin-Chín de los pies a la cabeza. Pero entonces, ¿qué hacía Chin-Chín en La Laguna, si su país crecía al 8%? ¿No era comunista? Tiempo después me enteré de que Chin-Chín no había colgado aquel retrato. Había sido un viejo profesor de la Universidad de La Laguna, antiguo militante del PCE, quien le había llevado la foto para que la pusiera en la pared. Chin-Chín en aquella época no tenía demasiados clientes. Y no estaba para perder a uno de los mejores.

3 comentarios:

  1. y si el campesino fuese un niño el soldado un viejo y la mujer la obrera?¿?

    o todo cambiado¡¡¡

    ResponderEliminar
  2. Muy bonita la historia del ultimo parrafo, parece casi un microrrelato... Todo un indicador de los temas que preocupan mas a la gente (economicos) y los mas accesorios (ideologicos). Toda una leccion de materialismo historico...
    Diego.

    ResponderEliminar
  3. La única imagen de red social que tenemos aquí es la "F" del facebook y el emoticono del messenger (guiño guiño).

    Buen post, y si indagas más sobre las raíces y situación de chin chin, España quiere saber!

    ResponderEliminar